sábado, 6 de junio de 2009

LADYBUG




Hay muchas maneras de aprender palabras y quizá muchas más de olvidarlas, porque hasta que una palabra se asienta en nuestra memoria ocurre un misterioso viaje.
A mí me costó mucho incorporar a mi vocabulario, y no sé si todavía lo he hecho, palabras como decimonónico, ultramontano y regalías. No sé si porque lo mezclaba todo, porque mi profesora de historia me resultaba cargante, porque me sonaban de manera horrible o porque evocaban el antiguo régimen, negro y siniestro.
El caso es que ladybug me la aprendí en un pispás y nunca más se me olvidó. Fue Alberto, un compañero de inglés, quien me la escribió en una de esas reuniones a las que estamos obligados a asistir los tutores. Yo dibujaba una mariquita en mi cuaderno y le pregunté que como se llamaba en inglés, ladybug, me dijo. Y ahí se quedó en mi memoria hasta hoy. Pues, mira por dónde que esta mañana me he levantado y me he puesto a buscar en los diccionarios.
Dice María Moliner que el nombre científico de la mariquita es coccinel-septempunctata, por los siete puntitos que lleva, tres en cada ala y uno en el medio.
Los franceses se acercan al nombre científico y la llaman coccinelle, aunque en su vena popular le dicen, de esa manera tan amable, bête-à-bon-Dieu. Anda, que decirle bestia a ese animalillo tan agraciado. Eso es lo que nos choca a los españoles, que los franceses ven un mosquito y dicen, une bête, une bête. Ellos también llaman coccinelle al coche escarabajo, al volkswagen alemán. Y los alemanes, por su parte, llaman a la mariquita marien-käfer y kletterpapagei.
María Moliner nos enseña que la mariquita se llama también sananica, vaca de san Antón y cochinito de san Antón.
Mi madre me dice que ella ha jugado mucho con este bichito, pero cuando le he preguntado que cuántos lunaritos tiene, me dice, pues tendrá ocho, pero no, ya sabemos que son siete. Yo me acuerdo que a mí me enseñó a llamarlo coquito. Todos los niños lo poníamos en la mano y le decíamos: “coquito de Dios, cuéntame los dedos y vete con Dios”, la mariquita iba recorriendo los cinco y salía volando.
Gracias a Alberto, un buen compañero, hoy estoy leyendo este cuento, porque escribir es leer por primera vez. Y a ti, lector o lectora, te lo regalo para que ames las palabras, también las palabras inglesas: ladybug, ladybird. Ladybug lo dicen en Estados Unidos y Canadá. Esto de bug parece que viene del antiguo inglés budda, que no es más que beetle, como los Beetles, y cuidado que también hay: assassin bug, bedbug y chinchbug.