martes, 15 de marzo de 2011

PARA ÁNGELES, QUE ME HA REANIMADO






EL CUENTO DE LA TUTORA


Estimados alumnos de 2º B ESO:

De nuevo me dirijo a vosotros en forma epistolar para encarar con ánimo este segundo trimestre, el corazón del año escolar. He hablado con casi todas vuestras familias, con mis compañeras y compañeros, con todos vosotros. Entre nosotros crece el conocimiento y la confianza.

Debido a que nuestras relaciones se establecen en un centro de enseñanza tenemos que tener presente que el principal motivo de nuestra convivencia es la educación. Una de las grandes tareas de la humanidad, de todas y cada una de las personas que vivimos en la tierra es precisamente la educación. Nadie tiene una receta mágica para que la convivencia y la felicidad de todos, todos, todos y todas, todas, todas sea efectiva. Yo estoy convencida de que la educación, la buena educación y la mejor educación es posible si todos contribuimos a ello. Con una sola persona que en algún breve momento en cualquier lugar olvide nuestro objetivo, éste no se habrá cumplido, y en ese sentido todas las personas de una ciudad son necesarias para educar a un niño. Pero ¡ay! ¡Qué fácil es olvidar de vez en cuando esta tarea!

Cada persona tiene una idea diferente de lo que hay que hacer para que la educación sea posible. Muchos alumnos piensan que lo mejor es que los profesores pongan partes de incidencias a los alumnos que se portan mal y que así el resto escarmentará en cabeza ajena. En la vieja Castilla había un refrán que decía: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar”. A mí todas estas opiniones me producen mucha tristeza porque suponen que el ser humano aprende a palos cuando para mí una persona es un ser valiosísimo capaz de los sentimientos y las actitudes más sublimes e inolvidables.

Tenemos que aprender y aprender a aprender. Estoy convencida de que lo que no se interioriza bien se lleva encima, como un sombrero, y en cualquier momento se lo puede llevar el aire. Sin embargo, aquello que poseemos dentro de nosotros es sabiduría y nadie ni nada nos lo podrá robar. Está claro que si todos sabemos cómo nos gustaría que nos trataran los demás entonces todos sabemos lo que no tenemos que hacer sin necesidad de que nadie nos lo diga.

A pesar de todas esas opiniones que ensalzan la fuerza bruta, sigo siendo consciente de que la convivencia con nuestra familia, nuestros compañeros, nuestros vecinos, nuestros conciudadanos y entre todos los países del mundo es muy difícil. Si con la fuerza de la razón no se consiguen excelentes resultados, tampoco se consiguen buenos resultados con la razón de la fuerza. Lo vemos todos los días: la cárcel, la pena de muerte y la guerra existen.

Muchas personas me inivitan a poner partes de incidencias, que es posible que sirvan para que en el desconocimiento de la verdadera sabiduría conduzcan a que aquellos que los merecen abandonen sus actitudes disruptivas. Vosotros, los alumnos de 2º B, que objetivamente consigáis vuestro parte de incidencias, será a la hora de tutoría los miércoles de 13,30 a 14,20, no sin todo el dolor de mi corazón y sin la serenidad de mi ánimo.

Os invito, de nuevo, aunque ya sé que a algunos no os gusta, a escribirme largas y sustanciosas cartas, como ya me habéis demostrado que sabéis hacer. Por mi parte,os deseo con todas mis fuerzas muchos éxitos académicos, personales y profesionales en este curso y siempre,


Tutora

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