miércoles, 2 de abril de 2008

Un chico del Magreb




SAMIR ABD EL KAWI


Fue el viernes pasado. Pero antes de quedar entre las ruedas de aquel borracho pasaron muchas cosas:

Dijo que sabía hablar con los franceses. Nos hizo reír con el juego de la cabra. Compartió estrellas de cinco puntas con todos. Aprendió palabrotas en varios idiomas. Cogió las palomitas, saltó por la ventana, leyó a trompicones el cuento del camionero. Trajo la mochila llena de helados, que nos tuvimos que comer deprisa y corriendo para que no se deshicieran entre los libros. Rezó en el entierro del protagonista de Las Cartas de Alou cuando vimos la película.

Conoció brujas sin cuento y flores de papel.

Decía que lo que más le gustaría ser era torero, lo mismo que a la niña ucraniana con quien jugaba en el patio.

Rompió los diccionarios y se enganchó a Internet.

Todo eso hizo antes de quedar tendido entre las ruedas de aquel borracho.

Agustina García Manzano

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